Exposición “NURSE LOG” de Nat Meade en la Galería L21

Exposición “NURSE LOG” de Nat Meade en la Galería L21


Del 19.01.23 al 08.03.23



“¿Cómo pensar lo que existe por fuera del pensamiento humano?”[1]

 

 

Un tronco nodriza es aquel que se sacrifica. Con su caída, el árbol muerto enriquece el suelo a medida que se descompone y posibilita nueva vida a su alrededor. A veces las raíces de otros árboles y plantas crecen y se desarrollan sobre él. Vida y muerte no son más que un ciclo alternante basado en la transformación de la materia.

 

Según Bourriaud “la naturaleza se vuelve inorgánica cuando se inserta en el ciclo de las actividades humanas”. Es decir, que “un árbol es orgánico hasta que con él se produce un tronco”[2]. Pero entonces, ¿en qué podría transformarse el hombre cuando es insertado en el ciclo de los procesos naturales? Carecemos de la cualidad de transitar entre lo orgánico y lo inorgánico, porque estos conceptos son simplemente categorías de pensamiento que pertenecen al mundo humano. La pregunta, entonces, sería más bien, ¿cómo pensar lo que existe por fuera de ese mundo?

 

Se trata de una pregunta a la que la nueva exposición “Nurse Log” del artista estadounidense Nat Meade quizá pueda arrojar algo de luz a través de la pintura y el empleo poético de alegorías. En sus cuadros, de vivos colores y texturas, observamos el movimiento inverso: en lugar de cortar el tronco de un árbol, Meade prescinde del cuerpo del hombre para dejar solo su cabeza vulnerable en la naturaleza. Las cabezas de sus nuevos personajes reposan sobre la hierba o el agua de forma serena, pero, al mismo tiempo, trágica. El rostro tranquillo y el cabello que se enreda con las ramas de los árboles nos hablan no solo de un proceso de descomposición orgánica, sino de pérdida de raíz. La compasión de la naturaleza los acoge y abraza cuando han perdido las raíces que les conectaban al suelo y se han convertido ellos mismos en un tronco nodriza. 

 

En la pieza central de la exposición, “Clout”, un pedazo de tela cuelga del tronco cortado de un árbol. Emergiendo entre tono rosáceos se aprecian los rasgos difuminados de una figura fantasmagórica que encara al espectador con los ojos y la boca abierta. Lo que no vemos son las raíces que se hunden en la tierra. A nivel simbólico, las raíces nos conectan con el fundamento, los orígenes y los mitos. ¿Qué puede reemplazarlas si no es la habilidad de crear nuevas historias que crezcan como rizomas? En otra de las pinturas de la exposición, un tronco amarillento se descompone mientras que en su vacío interno aparecen nuevos brotes de hierba. En el fondo, un rostro humano que se asemeja a una colina parece desbordarse y esparcirse… Lo hace con los ojos cerrados y en calma, convirtiéndose ya en otra cosa: avanzando hacia un horizonte posthumano.

 

Esmeralda Gómez Galera

 

[1] Bourriaud, Nicolas. Inclusiones: estéticas del capitaloceno. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora. Pág. 92.

[2] Ibíd. Pág. 150.


Fuentes fotografías y textos 👉 web Galería L21















 

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