Cuando está a
punto de inaugurarse la fantástica exposición de El Bosco en el Museo del Prado
de Madrid, aquí en Palma aún podemos disfrutar de una exposición que vale la
pena, llena de animales fantásticos y seres humanos perturbados por la ansiedad
de la vida. La temática de la exposición es la melancolía, y ese es su título
“Tiempo de melancolía”, creo que es muy apropiado para los tiempos que vivimos,
donde la melancolía se ha instalado para no marcharse, la hemos asumido en
nuestra sociedad y la hemos recodificado como depresión, ansiedad, angustia,
cada uno de nosotros le otorga un nombre en función de las sensaciones y de
cómo es capaz de gestionar estas emociones.
En el Siglo de Oro
en España y en Europa la melancolía se asumía de una manera natural, todos eran
melancólicos en potencia e incluso se concebía como una característica propia
de artistas y creadores. La explicación médica era fascinante, una bilis negra
que se apodera de nuestro interior y nos transforma en seres oscuros, pero a la
vez potencia nuestra creatividad y en algunos casos puede llegar a otorgar
el don de la clarividencia, y es que desde que en Grecia hacia el 400 a.C, Hipócrates la incluyó en su teoría de los cuatro humores, la melancolía se ha
ido trasmutando en diferentes trastornos a lo largo de los siglos hasta llegar
hasta nuestros días.
En esta
exposición la melancolía es el hilo conductor de una selección de obras que
perfectamente podrían estar en una misma exposición por un millón de razones
pero que a la vez encajan bajo el epígrafe, son una representación clara de
como el hombre puede llegar en sus momentos más bajos a producir belleza. La
exposición no solo se conforma a partir de obras de artistas tan conocidos como
Brueghel, Berruguete, Durero o Rubens, también incluye objetos, libros, textos
que giran en torno a la melancolía y sus efectos, incluso métodos curativos de
lo más extravagante que ponen de manifiesto como ciertos aspectos forman parte
de nuestro ser por muchos siglos que pasen.
Porqué me he
acordado de El Bosco, porqué de entre todas las obras expuestas hay un óleo de
160x243 de Brueghel el viejo que él solo ya justifica la visita a la
exposición. El artista recrea las ensoñaciones infernales del pobre San
Antonio, está lleno de seres fantásticos y cuando lo vi no pude dejar de
relacionarlo con “El jardín de las delicias”. En el catálogo de la exposición
hay un dato que lo hace todavía más interesante y es que este cuadro fue
adquirido en el año 1604 para decorar una de las paredes de la cárcel de
mujeres de Valladolid.
La exposición
estará en el Caixa Forum de Palma hasta el 5 de junio, y es sin duda una
excelente oportunidad de poder ver en el mismo lugar una magnifica colección de
obras representativas del Siglo de Oro español. Para mí es el antecedente
perfecto a la visita de la exposición de El Bosco en Madrid.
Para saber más sobre la exposición: Página Caixa Forum Palma i Interactua con la exposición.
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