Vivir por AMOR. TARO-CAPA

Gerda Taro y Robert Capa
Vivir por amor, eso fue lo que hizo Gerda en su corta vida y vivir intensamente, al límite, implicada y convencida de que de otra manera no valía la pena vivir.
Nació un 1 de agosto de 1910, hija de polacos judíos, no le tocó el mejor momento para pertenecer a una religión perseguida, en otra época, en otro lugar su vida hubiera sido la de una chica bien en una familia con recursos para proporcionarle un buen matrimonio y una vida larga y acomodada; pero la Srta. Taro estaba en el lugar y el momento erróneo, de hecho nunca encontró su lugar ni su momento.
No se conformó y muy joven con 24 años ella y una amiga se marchan a Paris huyendo de la presión nazi sobre los judíos. Toda su familia se disgregó y su acomodada y plácida vida quedó en el olvido.
Gerda Taro fotografiando en España
En París de nuevo buscó su sitio entre los intelectuales del momento, los artistas, los bohemios, todos aquellos que como ella sentían que debían hacer algo más que mirar. En esos ambientes una chica rubia y atractiva no tuvo muchos problemas para llamar la atención, pero de nuevo Gerda quiso marcar su destino y decidió quien quería tener a su lado. Conoció a André Friedman un judío húngaro que intentaba ganarse la vida como fotógrafo sin demasiado éxito. Gerda se enamoró y André le enseñó fotografía, ella nunca más se separó de una cámara.
Las cosas no eran fáciles, tenían que comer, tenían que vivir, así que de nuevo Gerda encaminó su vida en busca de un lugar y como nadie se interesaba por sus fotografías inventó un personaje: Robert Capa, un reputado fotógrafo americano que había llegado a Europa y que ofrecía sus fotografías a través de sus dos representantes: Gerda y André, el éxito llegó y a Robert las cosas no le iban nada mal.
En 1936 estalla la Guerra Civil en España y los encargos para cubrir la contienda le llegan a Robert, ambos se marchan hacia el frente, Gerda quiere estar en primera fila, es escurridiza y lista pero de nuevo está en el lugar y el momento inadecuado, se une a los republicanos y se implica más allá de su labor como reportera. Se distancia de la marca y es André Friedman el que se mimetiza con Robert Capa hasta el punto de que se funden y se confunden en un única persona.
Dos soldados republicanos trasladan a un compañero malherido. Segovia 1937
Gerda inicia su andadura propia con su nombre y realiza reportajes sobre la guerra en publicaciones como 'Regards' o 'Vu', siempre en primera línea, literalmente al pie del cañón.
Su trabajo más importante llega con el reportaje que realiza sobre la primera fase de la batalla de Brunete. Gerda fue testigo del breve triunfo republicano. El reportaje se publicó en 'Regards' el 22 de julio de 1937 y Gerda consiguió un gran prestigio con él.
Fotografias de la batalla de Brunete
Pero el éxito obtenido en la contienda fue efímero, las tropas franquistas contraatacaron con crudeza y los republicanos tras la muerte de miles de sus camaradas iniciaron el repliegue. Allí estaba Gerda, esquivando balas y sorteando el cruel bombardeo aéreo.
Recreación de la muerte de Gerda Taro
en un periódico amerícano.
Días antes había anunciado que sería su último reportaje, volvía a París con su amor, con André, con Robert Capa; estaba cansada y de nuevo buscaba su lugar. En la retirada se subió al estribo del coche del general Walter, unos aviones empezaron a bombardear bajo y se formó el caos en el convoy de huida, Gerda cayó al suelo detrás de un montículo y un tanque republicano dando marcha atrás cayó sobre ella, la destrozó, fue trasladada al hospital 'El Goloso' en el El Escorial donde murió pocas horas después el 26 de julio de 1937, seis días antes de cumplir 27 años. De nuevo en el momento y el lugar inapropiado.
Rafael Alberti trasladó su cuerpo hasta París y recibió sepultura entre honores, reconocida como militar por su valentía, osadía y implicación en la lucha. Gerda fue más que una reportera de guerra.
André Friedman más conocido como Robert Capa conoció la noticia en París, se lo comunicó su amigo Louis Aragon, faltaban pocos días para volver a estar juntos, el reencuentro nunca se produjo y él nunca se recuperó, había perdido al amor de su vida, Robert Capa ya nunca estuvo en el lugar y el momento justo.
Gerda Taro fotografiada por Robert Capa.



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